A menos de una década de que se cumpla el plazo para la consecución global de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), los países con mayores obstáculos para presentar un panorama de progreso en 2030 son precisamente aquellos donde prevalecen los indicadores más altos en términos de morbilidad y mortalidad por causas específicas.
En la actualidad, 6 de cada 10 muertes en el mundo se deben a enfermedades no transmisibles, 3 de cada 10 a enfermedades transmisibles o nutricionales y 1 de cada 10 a traumatismos.
Muchos países en desarrollo presentan patrones de mortalidad que reflejan altos niveles de enfermedades infecciosas y el riesgo de muerte durante el embarazo y el parto, así como diferentes tipos de cáncer, enfermedades cardiovasculares y enfermedades respiratorias crónicas que causan la mayoría de las muertes en el mundo desarrollado.
Lo anterior, por intrincado que parezca, está íntimamente ligado al marcado retraso de una gran mayoría de países del sur global en la consecución de los objetivos que deben alcanzarse antes de finales de 2030. Pero, ¿de dónde surge la súbita urgencia? del ODS 17 que da título a este texto?
Al emanar de la promulgación del último de los ODS, las alianzas se refieren a la necesidad de acelerar y mejorar los mecanismos existentes de colaboración intersectorial entre países para alcanzar todos los objetivos para el año 2030.
Es un llamamiento a los países para que alineen sus políticas. Es una visión de un comercio mejorado y más equitativo, así como de iniciativas de inversión coordinadas para promover el desarrollo sostenible a través de las fronteras.
En definitiva, se trata de reforzar y agilizar la cooperación entre los Estados-nación, tanto desarrollados como en desarrollo, utilizando los ODS como marco compartido y visión común para definir ese camino de colaboración a seguir.
Sin embargo, si se echa un simple vistazo a cualquiera de las clasificaciones disponibles sobre la predilección pública por los ODS, el número 17 no aparece ni de lejos en los primeros puestos. Ni siquiera cerca.
Una encuesta realizada por Ipsos para el Foro Económico Mundial entre el 23 de abril y el 7 de mayo de este año clasificó las principales prioridades de los ODS para la opinión pública mundial. El ODS 2 (hambre cero), el 1 (fin de la pobreza) y el 3 (salud y bienestar) resultaron ser las tres principales prioridades desde el punto de vista de los ciudadanos de todo el mundo.
La encuesta, en la que han participado 20.000 adultos de 28 países, otorga un segundo nivel de prioridad a los ODS 6 (agua potable y saneamiento), 8 (trabajo digno y crecimiento económico) y 4 (educación de calidad). Les siguen los ODS relacionados con el cambio climático y la protección de la biodiversidad.
El ODS 17 es un llamamiento a los países para que alineen sus políticas.
Por otra parte, aproximadamente 4 de cada 10 encuestados afirman que las empresas de sus países eluden la responsabilidad de alcanzar los ODS, y la mayoría mantiene esta opinión en Chile, Canadá, Turquía, Reino Unido, Italia, Hungría y Colombia. Otros 4 de cada 10 afirman que "la mayoría de la gente" de su país no está haciendo lo suficiente.
Si lo anterior no demuestra plenamente la urgencia de inyectar un impulso renovado al ODS17, habrá que insistir en ello y con absoluta determinación en los niveles más altos de la toma de decisiones políticas. Para dar un nuevo impulso a esta hoja de ruta sin más pretextos ni excusas, con un marcado énfasis en las asociaciones para el desarrollo.
A medida que avanza la década de acción de las Naciones Unidas, queda perfectamente claro que cualquier alianza de última hora habrá sido en vano. El momento de actuar es ahora.
En Diplomatic Coalition estamos convencidos de que el ODS 17 es un requisito sine qua non para todos los demás objetivos. No se trata de una afirmación científica. Es de sentido común, simple y llanamente. Sin un progreso inmediato en los frentes que se refieren a este ODS, el éxito tangible y sostenible en los otros frentes será francamente inviable.
Nos enfrentamos a un hecho irrefutable: si no se adoptan medidas inmediatas, sostenibles y eficaces para coordinar, colaborar y convocar a todos los implicados en esta misión, dentro de los países y entre ellos, para trabajar incansable y conjuntamente por los ODS, la probabilidad de alcanzarlos disminuirá exponencialmente con el paso de cada año.
